1 jun 2013

DANDO PASO A LA TDT (TELEVISION DIGITAL TERRESTRE)

                              Cadena de periódicos 4º Poder

DANDO PASO A LA TDT (TELEVISION DIGITAL TERRESTRE)

Por: ANGÉLICA AVENDAÑO SANTIAGO.

México a 1 de junio 2013.

                En días recientes se ha oído hablar en el país acerca de un suceso denominado “apagón analógico” o suspensión de las señales analógicas;  esto significa el cambio en el sistema de transmisión con señales que actualmente nos permite observar la televisión a un sistema renovado que permitirá tener una mayor calidad de imagen, audio y video.

Este fenómeno ya es una realidad en otros países de Europa donde prácticamente ya concluyeron. En México se tenía pronosticado comenzar el mes de mayo partiendo de Tijuana;  no obstante, se logró aplazar hasta el 18 de julio del año en curso y se prevé  que para el 31 de diciembre de 2015 ya habrá ocupado todo el territorio Nacional. Esto quiere decir que para esta fecha, todas las televisoras habrá apagado sus transmisiones analógicas; dando pauta a la tecnología denominada: TDT (TELEVISIÓN DIGITAL TERRESTRE).

 La finalidad de la transformación de la industria televisiva mundial es brindar un mejor servicio de forma “gratuita”, ya que promete una mejor calidad y es operado a base de un sistema que tiene la misma tecnología que las pantallas de computadora.

Para una mejor compresión acerca de esta “evolución” en el ámbito de la comunicación, es importante mencionar el mecanismo de la televisión analógica que le hace ser diferente a la TDT.

 En el mundo existen estándares de transmisión digital. En América del Norte (incluyendo México) opera la ATSC (Advanced Television Sistem Committee);  en Sudamérica y Japón ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting – Terrestrial); en Europa, el DVB-T (Digital Video Broadcasting Terrestrial); mientras que el único que cuenta con su propia plataforma es China.

La televisión analógica es propagada a través de estos estándares por una señal contínua y lineal (ondas electromagnéticas) y cada señal se transmite en una frecuencia particular que viaja a través del aire, desde la antena de emisión, hasta la antena receptora.

La desventaja de este proceso es que su calidad se deteriora conforme viaja a través del aire a causa de las barreras o dificultades que pudiera encontrar como edificios, interferencias u orografía complicada, siendo susceptible de mostrar una mala imagen.

 La TDT es difundida en una corriente binaria: secuencias de 0 (ceros) y 1 (unos), o bits, que almacenan información de la misma manera en que lo hace una computadora y en cada bit se representa parte de la imagen y sonido; a su vez, una vez recompuesto en la recepción reproduce una imagen fiel y exacta.

 Aparentemente este procedimiento hará disfrutar de una televisión con mayor cantidad de canales y mejor calidad; sin embargo, la contracara, el panorama social demuestra la poca información, desconcierto y desinterés ante el tema.

Debemos tomar en cuenta que el principal medio de información del ciudadano promedio en nuestra sociedad es la televisión.

Gente de todas las clases sociales tienen acceso a este medio, se considera que el 97.7% de los hogares en México cuentan con una de ellas y muchas son las desventajas frente a este hecho sorpresivo.

Entre estas, la necesidad de adquirir nuevos televisores que cuenten con un sistema capaz de reproducir señales digitales; esto es, una televisión  habilitada para recibir estándar ATSC a/53 (sistema de compresión digital MPEG-2 y/o MPEG-4), que pueden identificarse porque son planos, con tecnología LED, LCD o plasma con entrada para antena inn, como la de los televisores analógicos. O en su defecto, adquirir un decodificador que permita que una televisión analógica reproduzca señales digitales.

Ambos casos implican desembolso económico, pues el costo de cada televisor oscila entre los $2000.00 (el más económico); hasta $43000.00. y para adquirir el decodificador el Gobierno Federal licitará empresas encargadas de visitar los hogares y otorgar apoyos a familias de “escasos recursos” para garantizar que la televisión abierta siga al “alcance de todos” –en teoría, porque las cajas decodificadoras no garantizan una buena recepción-.

Son muchas las barreras con las cuales tropieza este procedimiento, y van desde la impopularidad, desconocimiento, hasta desacuerdos entre el gobierno y las televisoras, poniendo sobre la mesa los beneficios sociales.

No es cuestión de que el Gobierno desembolse recursos (que no tiene) en la creación de cajas decodificadoras, implica capital humano, profesionales, difusión por todos los medios, modernizar la red de televisoras, buscar o crear centros de acopio para recibir o intercambiar los televisores obsoletos para que no terminen en basureros convencionales y ya ni para qué hablar de las empresas dedicadas a la venta y producción de estos televisores, pues todavía tiene a la venta en el país y en bodega televisiones que no son capaces de reproducir señales digitales.

Entonces, es de analizarse la complejidad del asunto y de tener en cuenta que es un proceso que implica tiempo, planeación y análisis; aspectos que se han dejado de lado.

La cuestión no es el emplazamiento, sino considerar los verdaderos beneficios.

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